FILO EBAU JUNIO 2018
DESCARTES
1/ A continuación comentaremos el fragmento inicial de la
primera parte de la obra ‘Discurso del método’ del filósofo francés René
Descartes.
En él el autor habla de la razón (tema) y defiende su
innatismo (tesis), ya que esta ‘es naturalmente igual en todos los hombres’
(l.5).
El problema filosófico sería: ¿es la razón igual entre todos
los hombres?
A través de una estructura expositivo-argumentativa nos
conduce el autor a la conclusión:
Comienza diciendo que el ‘buen sentido’ o razón ‘es la cosa
mejor repartida del mundo’ (línea 1, primer argumento). Esto es así porque
todos los hombres la poseen, de manera innata, como afirmará más adelante
(línea 5, segundo argumento).
Define el buen sentido como ‘la facultad de juzgar y
distinguir lo verdadero de lo falso’. Esto es: la herramienta para no caer en
el error. Pero aun así vemos que los hombres cometen errores, y que a pesar de
estar todos dotados de la misma capacidad de razonar, nuestras opiniones son
diversas (línea 6). Esto se debe a que ‘dirigimos nuestros pensamientos por
derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas (líneas 7 y 8).
Para razonar correctamente no es suficiente solo poseer la
capacidad de razonar, sino que hay que valerse de un método adecuado que
permita aplicarla bien (línea 8, tercer argumento).
En la conclusión (líneas 8 a 11) nos dice que ‘las almas más
grandes son capaces de los mayores vicios, como de las mayores virtudes’, y
aquellos que proceden en sus razonamientos con cautela y prudencia ‘pueden
llegar mucho más lejos’ si no se desvían del camino, que aquellos que son
precipitados y, por consiguiente, se alejan del camino hacia la verdad.
2/ El término aparece por primera vez en la línea 1: ‘el
buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo’; y después en la línea 5:
‘la facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que es
propiamente lo que llamamos buen sentido o razón, es naturalmente igual en
todos los hombres…’.
Como buen racionalista, Descartes defiende el innatismo de
la razón, que es común a todos los hombres por naturaleza, y se convierte en la
vía fiable de conocimiento. En esto se contrapone al Empirismo que consideraba
que la vía de conocimiento auténtica la proporcionaban los sentidos.
Aunque todos poseamos ‘el buen sentido o razón’, solamente
podremos llegar a alcanzar la Verdad si hacemos un buen uso de él, valiéndonos
de un método riguroso y adecuado que oriente nuestros pensamientos y nos salve
de incurrir en el error.
Descartes se considera el padre de la filosofía moderna porque
es el primero en someter a examen la propia razón, en el anhelo por hallar la
Verdad sirviéndose únicamente de la razón, partiendo de su pensamiento para
construir deductivamente el ‘edificio del conocimiento’.
Para Descartes, las operaciones propias de la razón son la
intuición y la deducción; y las matemáticas son la ciencia más certera que está
a la base del razonamiento.
3/ Concepto de sustancia en Descartes y sus tipos.
¿Qué entendemos por sustancia en la filosofía de Descartes?
¿Cómo podemos conocer las sustancias? ¿Qué papel tiene Dios como la más
perfecta de ellas? A continuación detallaremos cómo en su camino hacia la
Verdad, nuestro filósofo va descubriendo cada una de las tres sustancias, y
explicaremos qué las caracteriza.
Descartes se propone conformar una explicación GLOBAL del
mundo, un nuevo proyecto filosófico-científico que sustituya a la filosofía
aristotélica. Como la base de toda visión del mundo es filosófica, metafísica,
intentará que estos cimientos sean firmes y seguros.
¿Cuál es el punto de partida de su camino hacia la Verdad?
Parte de la duda, pues deberá, con la única ayuda de su razón, someterlo todo a
duda para ver si después queda algo incuestionable, que se convierta en las
primera Verdad. Para ello pasará por los siguientes niveles de duda:
Primero cuestiona la fiabilidad de los sentidos (como
Parménides, y posteriormente, Platón), ya que nos engañan en ocasiones, por lo
que no se aceptan como datos indudables los procedentes de los sentidos.
El segundo nivel de duda es la confusión sueño-vigilia.
Podemos creer estar despiertos, pero eso no es absolutamente evidente, pues
podríamos estar soñando, ya que en los sueños se tienen experiencias idénticas
a las que tenemos despiertos.
El tercer nivel de duda es la duda hiperbólica. Ni siquiera
podemos estar seguros de las verdades matemáticas porque podría haber un Genio
Maligno que se dedique a engañarnos sobre ellas.
Tras haber derribado así el edificio del conocimiento, queda
una base tan sólida que no los escépticos pueden refutar: la primera Verdad. Y
es que tras haber pensado que todo era falso, ‘se deducía necesariamente que yo
que lo pensaba fuese algo’-nos dice. Así, esta Verdad clara y distinta (pienso,
luego soy), constituye el criterio de certeza (claridad y distinción) y el
descubrimiento de la primera sustancia (res cogitans), puesto que ha deducido
ser una ‘sustancia pensante’.
A continuación Descartes repara en que todo lo que ve, oye,
toca… lo percibe de forma clara y distinta. ¿Pero a eso que percibe, que
piensa, le corresponde algo exterior o solo está en el pensamiento? Necesita
que algo garantice la existencia del mundo exterior, para salir del solipsismo.
Para ello analiza las ideas que posee en su pensamiento:
Las ideas adventicias, como proceden de la realidad sensible,
no pueden ser una prueba de su existencia; las ideas facticias, al ser
invenciones de nuestra mente tampoco ayudan a salir del solipsismo.
Sin embargo, las ideas innatas, tienen un valor cognoscitivo
superior, ya que están generadas por la propia facultad de razonar.
Descartes identifica la idea innata de infinito con Dios,
que le permitirá salir del solipsismo. Siguiendo el principio de la causalidad
aristotélica, la idea de infinito ha de tener una causa infinita, por lo que su
causa es Dios, que es infinito. Así Dios es la segunda sustancia descubierta
(res infinita). Con un segundo argumento Descartes afirma que la idea de
perfección infinita tan solo puede haber sido causada por un Ser perfecto
(Dios). Y con un tercer argumento (ontológico o de San Anselmo) defiende que
Dios ha de existir, porque si no existiera, al faltarle la cualidad de la
existencia, ya no sería perfecto.
Dios, que no es engañador, puesto que en todo engaño hay
imperfección, es imposible que nos confunda acerca de lo que se percibe clara y
distintamente. Luego la realidad material ha de existir. Así Dios se convierte
en la garantía del criterio de Verdad. Esto supone rechazar la hipótesis del
Genio Maligno y el descubrimiento de la tercera sustancia: la extensión (cuerpo
y mundo) o res extensa.
Así Descartes ha descubierto las tres sustancias, que solo
pueden conocerse por sus atributos: res cogitans (pensamiento), res infinita
(infinitud, perfección y bondad) y res extensa (extensión).
¿Pero qué entendemos por sustancia? Descartes la define como
‘aquello que no necesita de ninguna otra cosa para existir’. Entonces, en
sentido estricto, solo Dios sería sustancias, puesto que las otras dos han sido
causadas por él. Sin embargo, en un sentido más laxo, entendemos que la res cogitans
y la res extensa son sustancias en tanto que no necesitan la una de la otra
para existir.
Por otra parte, incidiendo en la res extensa, sabe destacar
que Descartes tiene una concepción mecanicista del mundo, ya que lo concibe
como una máquina. Además, en relación a él distinguimos cualidades primarias
(objetivas y cuantificables) y secundarias (subjetivas). Solo las primeras
proporcionan conocimiento verdadero.
En conclusión, el concepto de sustancia en Descartes
significa ‘aquello que no necesita de ninguna otra cosa para existir’. Las tres
sustancias, por orden de descubrimiento son: res cogitans (pensamiento), res
infinita (Dios) y res extensa (mundo). Solo podemos conocerlas a través de sus
atributos: pensamiento; infinitud, bondad y perfección; y extensión
–respectivamente-. Así, en el camino hacia la Verdad que parte de la duda,
Descartes confecciona su visión global del mundo partiendo de su pensamiento
(pienso, luego soy).
Por último, podríamos preguntarnos: ¿de verdad son innatas
las ideas de Dios y de perfección? ¿O son acaso culturales?
4/ Descartes y la condena de Galileo
Descartes conoció la condena de Galileo Galilei (1633), por
la Santa Inquisición, por defender el movimiento terrestre. Por eso Descartes
no publicó su obra ‘Tratado del mundo y de la luz’, en la que exponía su
concepción mecanicista del mundo y defendía la tesis galileana. Descartes teme
enfrentarse a la Iglesia, bien por miedo a ser condenado también, o bien por
mantenerse fiel a su religión.
NIETZSCHE
1/ A continuación comentaremos un fragmento de ‘Los
“mejoradores” de la humanidad’, que pertenece a la obra ‘Crepúsculo de los
ídolos’, del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
El texto habla de la moral de la doma o moral cristiana
(tema) y defiende que esta debilita al ser humano hasta convertirlo en un ser
enfermo (tesis).
El problema filosófico que se plantea el autor podría ser:
¿de qué manera ha debilitado la religión al ser humano?
A través de una estructura argumentativa el autor nos
conduce hasta la conclusión:
Comienza criticando a la moral, ya que en todas las épocas
ha pretendido: ”mejorar” al ser humano (línea 1). Estamos así frente al primer
argumento; precisamente gracias a las comillas resalta el filósofo el matiz
irónico: la moral no ha mejorado al ser humano, sino todo lo contrario.
Distingue dos tipos de moral la moral de la ‘doma’ y la de
la ‘cría’ (línea 2), que son muy distintas, pero ninguna supone una mejora real
para el ser humano (segundo argumento). Nos va a hablar de la primera: se trata
de la religión cristiana. Como la moral no es más que un síntoma de una débil
voluntad de poder, Nietzsche nos dice que el moralista típico, el ‘sacerdote’
(línea 5) ni sabe ni quiere saber nada acerca de la realidad (tercer
argumento).
‘Llamar a la doma de un animal su ‘mejoramiento’ es a
nuestros oídos casi una broma’ (línea 6, cuarto argumento). La religión
destroza a los seres humanos, y los inmoralistas (ese plural inclusivo al que
Nietzsche apela, son conscientes de ello).
Nuestro filósofo se vale de la analogía entre la doma de un
animal y la moral represiva y restrictiva de la religión para expresar que así,
mediante ‘el afecto depresivo del miedo, con dolor, con heridas…’ (línea 8 a 9)
solo se consigue el deterioro de cualquier ser.
Por eso, en la conclusión (línea 9 a 10) incide en que el
sacerdote no ha causado ninguna mejora con su moral dogmática, sino que ha
generado humanos enfermizos, de igual modo que las bestias que son domesticadas
y se convierten en bestias que han perdido su fortaleza, bestias enfermizas.
2/ El término ‘doma’ aparece por primera vez en la línea 3:
‘doma de la bestia ser humano’; y posteriormente en la línea 6: ‘Llamar a la
doma de un animal su “mejoramiento” es a nuestros oídos casi una broma’.
La doma de una bestia, mediante miedo, dolor y represión de
instintos, dando como resultado una bestia debilitada y enfermiza, sirve a
Nietzsche para comparar la labor de la moral cristiana o moral de la doma con
el ser humano, puesto que mediante el mismo método ha privado al ser humano de
su libertad y lo ha reducido un ser enfermizo que vive reprimiendo sus
instintos para no cometer pecados y ser aceptado en el cielo (que no es más que
una ficción).
En contraposición, Nietzsche habla de la moral de la cría
(línea 3) o la Ley de Manú, una moral hindú en la que se crían cuatro razas o
castas (los sirvientes, los agricultores o comerciantes, los guerreros y los
sacerdotes). En esta moral se respeta la pureza de sangre, por lo que un cruce
entre ambas razas es considerado una barbarie. Así los hijos productos de tal
adulterio (chandalas) serán castigados y reprimidos por la Ley de Manú.
Sin embargo, aunque Nietzsche considera más natural la moral
de la cría que la de la doma, porque establece una jerarquía, que aunque es
artificial, imita a la natural; considera antinatural todo tipo de moral.
3/ Crítica del mundo metafísico: la verdad como metáfora
¿Por qué Nietzsche critica la cultura occidental? ¿Por qué
esta crítica le lleva hacia la metafísica de los antiguos griegos? ¿Por qué
critica dicha metafísica? ¿Qué papel juega el lenguaje dentro de esta? ¿Y a la
hora de hablar de la verdad? ¿Qué entiende Nietzsche por verdad? A continuación
expondremos cómo con su método genealógico, Nietzsche desmonta la mentira que
sustenta la cultura occidental y critica la metafísica, a la moral y al
lenguaje.
El filósofo Karl Marx ya utilizó la crítica como arma
principal para desmontar la concepción de sociedad en su época. De este mismo
modo rompe Nietzsche con la razón que ha implantado la filosofía. Su crítica
incluye varios aspectos:
En primer lugar, critica a la ciencia, en la que expone que
la metafísica platónico-cristiana se corresponde con el conocimiento
conceptual; por lo que se conoce acerca de conceptos, no acerca de la realidad,
que cambia y es inexacta, mientas que los conceptos permanecen inmutables,
eternos.
En segundo lugar, continúa con la crítica moral, que
califica de antinatural por in contra los instintos vitales, al negar nuestra
voluntad y debilitarnos.
En tercer lugar, critica a la metafísica. Nietzsche emplea
la genealogía como análisis, para analizar la historia de la filosofía y
descubrir en qué momento se cometió el error. De este modo la genealogía
cuestiona el origen de las ideas, de los valores o de las identidades sociales.
En este sentido, cabe destacar su obra ‘Genealogía de la Moral’, cuyo tema es
el origen de la moral y los conceptos morales que hemos heredado de la
tradición cristiana, que son el resultado de un fraude en la Gracia de Sócrates
(s.V a.C). Con anterioridad a este, la sociedad griega concebía como ‘bueno’
todo lo que potenciara el ímpetu vital del cuerpo; lo que lo hacían eran los
‘nobles’ o ‘señores’ (los más fuertes).
En contraposición, el que física y biológicamente era
incapaz de imponerse y necesitaba recurrir a argumentos y a la retórica, era
débil, esclavo, siervo, decadente. Pero los débiles, al sentirse amenazados por
los fuertes e imponiéndose a ellos cambiaron el significado de lo que era
‘bueno’ o ‘malo’ (transvaloración). Bueno era el que hacía uso de la dialéctica
(el débil, el que reprime sus instintos) y exalta valores como la igualdad, la
solidaridad, la fraternidad… Malo era el que seguía el ímpetu natural de su
cuerpo y no reprimía sus deseos vitales. Sobre este engaño de Sócrates se configuró
la moral hoy vigente: moral de esclavos.
Además, Nietzsche se opone al dualismo ontológico, que nace
con Platón y su mundo de las Ideas, en contraposición al cambiante mundo
sensible e imperfecto. Ese mundo inteligible, según Platón, era accesible a la
razón, y de él se podía extraer conocimiento auténtico, porque las Ideas son
perfectas, eternas e inmutables, no como las cosas que las imitan y conforman
el mundo sensible, del cual no podemos obtener más que simple opinión. Platón
condena a los sentidos y a los instintos: a los primeros por engañosos, y a los
segundos, por apartar al alma del camino del conocimiento.
Ante este dualismo ontológico y epistemológico que hemos
visto, Nietzsche critica, en primer lugar, el miedo al caos y devenir de la
realidad que nos ofrecen los sentidos. Una realidad que la razón infravalora
para construir un trasmundo de conceptos y categorías muy lejos de la auténtica
realidad. Esto solo demuestra la inadecuación del individuo para vivir y
aceptar el mundo real (débil voluntad de poder). Los débiles no saben
aprovechar sus instintos y optan por intentar erradicarlos (lo más antinatural
que se puede hacer) por miedo a no poder controlarlos.
Por otra parte, una de las tareas prioritarias de Nietzsche
es la construcción de un nuevo lenguaje, buscando elementos útiles para forzar
el nuevo sentido de las palabras en la metáfora, en el aforismo y en la ironía.
Frente al lenguaje de la razón, propone un lenguaje imaginativo, basado en la
metáfora. Este es el lenguaje del arte, de la belleza, de la vida. Es una
expresión de la libertad de voluntad; mientras que el lenguaje conceptual
responde a una lógica dogmática.
Cabe destacar que en “Sobre Verdad y Mentira en Sentido
Extramoral”, Nietzsche expone que no existe una verdad universal, pero sí que
existen conceptos similares o semejantes entre diversas culturas. El mundo es
una multiplicidad de perspectivas, todas ellas igual de válidas, por lo que no
tiene sentido que la moral, religión, etc., trate de imponer sus propias
normas, como si su verdad fuera unívoca.
Además, el lenguaje da lugar a una visión errónea de la
realidad. Si nuestra gramática fuese distinta también sería distinta nuestra
forma de entender el mundo.
En conclusión, la labor filosófica de Nietzsche es romper
‘filosofando a martillazos’ toda la historia de la filosofía que ha enfermado a
Occidente, partiendo de la exaltación de la razón con Sócrates en Grecia. Todo
ello lo critica a través del método genealógico, para explicar con un lenguaje
metafórico (nunca siguiendo pautas racionales), que detrás de la cultura
occidental solo hay miedo al devenir por parte de aquellos que tienen una débil
voluntad de poder (Sócrates, Platón, Kant…) y que no saben vivir en el nuestro
mundo caótico y cambiante. Nietzsche nos dice que la verdad no existe y apuesta
por el perspectivismo, criticando a toda moral dogmática y a los que hacen
metafísica por querer imponer sus valores y creencias como si fueran las únicas
interpretaciones válidas. Y además, lo hacen reprimiendo al ser humano,
debilitándolo, haciendo su vida gire en torno a normas y conceptos (crítica al
lenguaje) que privan de libertad.
Por último, podemos preguntarnos: ¿no nos han demostrado muchos científicos y matemáticos que el mundo, en ocasiones, sí que sigue unas pautas lógicas y explicables?
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