Ejemplo comentario mapa regadío
El documento que analizaremos a continuación es de fuente secundaria, ya que es un documento cartográfico. Es un mapa corocromático porque representa el fenómeno geográfico mediante colores. En cuanto a la autoría del documento, se trata del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA).
En este mapa de la distribución
del regadío en España, aparece el territorio español de color amarillo y en
verde las áreas puestas en riego. Las líneas rojas demarcan las cuencas
hidrográficas.
Para comenzar, definimos regadío
como una práctica agrícola consistente en aportar a los cultivos agua adicional
a la proporcionada por las precipitaciones. Los regadíos pueden ser intensivos
–proporcionan varias cosechas anuales interesantes económicamente, destacando
cultivos hortofrutícolas e incluso tropicales- o extensivos –proporcionan una
cosecha en la misma época que la de los secanos vecinos. Sus cultivos son como
los anteriores pero se incluyen los industriales y forrajeros-. El regadío
emplea diversos sistemas como: riego por gravedad, por aspersión o por goteo.
En el mapa observamos los
contrastes de la distribución del regadío: una clara ausencia en el norte
peninsular (excepto Galicia) y predominancia en la zona de clima mediterráneo
–precipitaciones escasas e irregulares-, donde distinguimos entre dos zonas –el
litoral mediterráneo y el interior peninsular-.
En el litoral predomina el
regadío intensivo, favorecido por: temperaturas suaves, la disposición a
sotavento por el relieve –que tiene un papel de protección-, suelos apropiados
y la demanda internacional.
En cuanto al interior peninsular,
el regadío extensivo es el dominante, beneficiado por: el agua aportada por los
ríos, la mecanización de sus cultivos, la demanda en aumento de cereales-pienso
y cultivos industriales. Sin embargo, encontramos regadío intensivo a orillas
del Ebro y del Guadalquivir.
Respecto a las consecuencias del
uso del sistema de regadío podemos hablar de ventajas y problemas, así como de
soluciones y propuestas planteadas por la política de riego:
Las ventajas se pueden analizar
desde varios ámbitos:
En economía, el regadío ha
supuesto la estabilización de la producción, al no depender de las condiciones
del clima –de la sequía que resulta desfavorable para la agricultura-. Además,
la producción se ha incrementado y diversificado –el sistema de regadío es
mucho más productivo que el de secano-, lo que permite mayor rentabilidad. Esto
es: mayor renta para los agricultores y para el país, dado el aumento del valor
de las exportaciones.
Esta estimulación económica
repercute en la sociedad mejorando el nivel de vida, ya que si aumentan los
rendimientos y los ingresos, también lo harán la demanda y la oferta de
servicios.
En el ámbito demográfico, estas
consecuencias derivadas por el sistema del regadío provocarían que se
mantuviera la población en esas zonas e incluso atraería a inmigrantes
dispuestos a realizar actividades agrarias. Atraería también a industrias que
necesiten materias primas que proporcionen los cultivos y a servicios relativos
al riego.
Culturalmente, el regadío mejora
la preparación técnica y profesional, además de mantener un patrimonio cultural
e histórico (acequias, instituciones de gestión del agua como los tribunales de
regantes –de la época musulmana-, vocabulario, información…)
En el terreno ambiental, el
regadío contribuye a la diversidad de ecosistemas y de paisajes.
En lo referente a problemas
derivados del regadío destacan los siguientes: el derroche de agua por sistemas
ineficientes (como el sistema por gravedad o fugas en las conducciones), la
conflictiva competencia por el uso del agua, la alteración del medio ambiente
(erosión del suelo por el agua, contaminación del suelo y del agua por los
fertilizantes) y pérdida del valor paisajístico por infraestructuras de riego y
por estructuras de plástico de los invernaderos.
Por último, para tratar de
solucionar estos problemas, la política de riego se propone que este sea más
eficiente: uso de sistemas menos consumidores, sensibilización de los regantes,
contadores y precios que promuevan un uso eficiente, balsas de almacenamiento,
aprovechamiento de agua desalada y regenerada, automatización –para precisar el
tiempo de riego y la cantidad de agua y de fertilizantes-.
Otras propuestas son: mejorar las
condiciones socioeconómicas de las áreas de riego, conservar los valores
naturales, culturales y paisajísticos relativos al riego; así como el uso de
fuentes renovables y la mejora de la eficiencia energética –con el fin de
minimizar el impacto ambiental-.
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