COMENTARIO MAPA PRECIPITACIONES ESPAÑA
A continuación comentaremos un
documento cartográfico, que es una fuente secundaria. Se trata de un mapa
temático de coropletas que ilustra las precipitaciones medias anuales en España
(en mm). La autoría del mapa es individual: Mª Concepción Muñoz-Delgado.
El fenómeno analizado es la
precipitación, que es el agua que cae a la superficie terrestre procedente de
las nubes, tanto en estado líquido como sólido. Las precipitaciones son
cuantificables: se miden con el pluviómetro en milímetros o litros por metro
cuadrado. En los mapas se pueden representar mediante: isoyetas (líneas que
unen puntos con la misma precipitación) o mediante colores que marcan la
intensidad del fenómeno (si el mapa es de coropletas).
Las precipitaciones se producen
por la elevación, enfriamiento y
condensación del vapor de agua del aire. Distinguimos tres tipos:
precipitaciones orográficas (en las montañas), convectivas (por el
calentamiento del suelo) y de frentes (al entrar en contacto dos masas
distintas de aire).
Podemos dividir agrupar los
rangos de precipitaciones en cuatro –de menor a mayor precipitación-:
En primer lugar, observamos que
el color amarillo representa los territorios con menos de 300mm de
precipitación anual (precipitaciones muy escasas). Estos están localizados en
la depresión del Duero; en la depresión del Ebro; en el sur de Alicante y en
Murcia; en la costa penibética, donde no aflora la cordillera Penibética (zona
correspondiente al cabo de Gata); y en la mayor parte de las islas Canarias.
En las depresiones del Ebro
(clima árido) y del Duero llueve muy poco porque se hallan encerradas por
sistemas montañosos, por lo que las masas de aire descargan su humedad en estos
(precipitaciones orográficas), y no en las depresiones.
El sur de Alicante y Murcia son
zonas áridas: las altas temperaturas en verano dificultan la condensación del
aire, por lo que la evaporación es superior a la precipitación. Si llueve, se
trata de precipitaciones convectivas torrenciales (en otoño y primavera). Lo
mismo ocurre con la zona señalada del sur de Almería, ya que es una zona
semiárida. En estas tres áreas se produce el fenómeno que ya hemos mencionado
con las depresiones: es el efecto föehn: la humedad del aire se descarga en las
cordilleras Béticas (cara de barlovento), por lo que cuando llega a dichas
áreas (cara de sotavento) llega caliente
y seco.
Las islas Canarias (clima
subdesértico y desértico) deben su escasa precipitación, principalmente, a su
latitud subtropical: se encuentran sometidas a altas presiones que impiden las
lluvias. En esto, es relevante la influencia de las masas de aire procedentes
del Sáhara. Además, no predomina en las islas el relieve montañoso, lo que
también reduce las posibilidades de precipitación.
En segundo lugar, en el rango de
300 a 800mm de precipitación –se consideran precipitaciones anuales escasas-,
representados en color lila, encontramos la mayor parte del territorio
peninsular y las islas Baleares; así como pequeñas áreas en algunas de las
islas Canarias (La Palma, Tenerife y Gran Canaria). En la Península, podríamos
decir que toda el área pertenece a este rango de precipitación excepto los que
hemos mencionado en el primer rango, el norte peninsular, casi toda Portugal y los
sistemas montañosos.
Las precipitaciones escasas de la
mayor parte de la Península y en Baleares podemos explicarlas por los
movimientos en latitud de la corriente en chorro: en invierno trae consigo el
anticiclón térmico del interior peninsular (reforzado por el de Centroeuropa y
por los anticiclones polares atlánticos) y en verano, el anticiclón de las
Azores. Estas zonas de altas presiones impiden que nos afecten borrascas y
frentes y originan un tiempo seco. Solamente en las estaciones de transición –otoño
y primavera-, principalmente en otoño, las situaciones anticiclónicas no son
tan incidentes, por lo que sí que hay paso de borrascas y frentes
(precipitaciones de frentes).
Esas áreas de las islas Canarias
corresponden a lugares en los que el relieve alcanza mayor elevación, por eso
en esas zonas llueve más que en el resto de las islas (mayor altitud, que hace
aumentar las precipitaciones al enfriarse y condensarse el aire). Las
precipitaciones suelen producirse cuando cede la influencia del anticiclón de
las Azores y el frente polar trae borrascas atlánticas.
A continuación, el rango de 800 a
1200mm de precipitación –de color morado; precipitaciones abundantes-, vemos
que está conformado por sectores del sur de Portugal y de las siguientes áreas:
En la Península: Montes Vascos,
Pirineos (los Prepirineos, concretamente), la cordillera Costero-Catalana, el
sistema Ibérico, las cordilleras Béticas, Sierra Morena, los Montes de Toledo y
el sistema Central; en las islas Canarias: en zonas de La Palma, Tenerife (el
Teide) y Gran Canaria; y, en las islas Baleares: Serra Tramuntana, Serres del
Llevant (Mallorca) y Tramuntana (Menorca).
Todos los sistemas montañosos que
hemos nombrado deben sus abundantes precipitaciones a su propia naturaleza de
sistemas montañosos. La altitud (disminuye 1°C cada 200m), causa el efecto
föehn (precipitaciones orográficas, producidas por el enfriamiento y
condensación del aire al ascender por las vertientes de las montañas) es el
factor que determina que llueva más en las montañas.
En el sur de Portugal llueve en
invierno por la influencia de la masa de aire polar marítima fría. En general,
el oeste peninsular, se caracteriza por el paso de borrascas atlánticas y
frentes en primavera, otoño e invierno, por lo que hay más precipitaciones.
Por último, las zonas en las que
localizamos precipitaciones muy abundantes, es decir, áreas con más de 1200mm
anuales –en tono púrpura, oscuro, en el mapa- se hallan en: el norte de
Portugal, el norte peninsular y pequeños puntos aislados en la cordillera
Penibética y el sistema Central.
Las causas de precipitación muy
abundante en Portugal (oeste peninsular) ya han sido expuestas, pero en el
norte se intensifican por la latitud y porque tiene un carácter montañoso;
mientras que en el sur predomina la penillanura. Por tanto, a mayor altitud,
mayor probabilidad de precipitación, ya que va disminuyendo la temperatura.
En el norte peninsular: como el
anticiclón de las Azores en verano no alcanza esta zona, pasan borrascas y el
frente polar –por lo que habrá precipitaciones regulares y abundantes-. Este tiempo
–tiempo del oeste- en altura se corresponde con la circulación zonal de la
corriente en chorro. En invierno, en el norte de la Península, incide la masa
de aire polar marítima fría, que produce precipitaciones orográficas en la
cordillera Cantábrica.
Los pequeños puntos de los
sistemas montañosos en la cordillera Penibética y en el sistema Central, son
zonas de montaña más elevadas, por lo que destacan las precipitaciones
orográficas.
En conclusión, podríamos señalar
que en general, en la Península, las precipitaciones disminuyen de norte a sur
(por la latitud) y de oeste a este (por la anchura del bloque peninsular).
Predominan las precipitaciones escasas e irregulares, que se dan sobre todo en
otoño.
Una de las consecuencias de la
diversidad de precipitaciones es una vegetación diversa, más abundante donde
más llueve. Y si la vegetación es diversa, lo serán también los ecosistemas y
su fauna.
Encontramos así un abanico de
paisajes muy amplio. Un ejemplo es la comparación entre una extensión de sequía
en Murcia y un bosque frondoso de Galicia.
Por otro lado, en función de las
precipitaciones, los ríos tienen un caudal irregular o regular y abundante o
escaso.
Por último, es destacable
mencionar la construcción enfocada al turismo en el litoral mediterráneo o de
poblaciones en zonas donde no se debería construir (cerca de barrancos y
torrentes, por ejemplo). Parece que estas edificaciones se lleven a cabo sin
pensar que aunque no llueva con regularidad, sí que pueden darse
precipitaciones torrenciales (gotas frías), lo que entonces nos lleva a
catástrofes como inundaciones e incluso muertes, ya que el agua no puede hacer
otra cosa que seguir su curso.
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