viernes, 28 de agosto de 2020

CASTE EJEMPLO REDACCIÓN

Publicar fotos terribles es nuestro deber 

Publicar fotos terribles no es un deber, aunque puede que muchos así lo sientan.

Es evidente que es necesario conocer las cosas espantosas del mundo que nos envuelve; pero ello no implica perturbarnos con imágenes delicadas sobre lo ocurrido. Puede que alguien no lo vea como algo perturbador hoy, cuando observa una foto publicada de un cadáver de alguien que ni siquiera vive en su continente. ¿Pero qué le parecerá a su familia?

Cuando se dice que está bien mostrar esas escenas, es simplemente porque la persona que lo afirma no ha estado en la piel de parientes o personas cercanas a quien ha sufrido esa desgracia reflejada en esa imagen a la que todos tenemos acceso. Es decir, carecen de empatía.

También está el tema del morbo: es lo que mueve a la gente, resulta evidente. Es posible que la intención de muchos de los periodistas que han publicado esas fotos sea solo informar, pero también cabe la posibilidad de que lo hayan hecho en busca de adquirir prestigio.

Además, hoy, con el lenguaje, mediante la prensa oral y escrita, sin ninguna imagen de por medio, sobra para dar a conocer con detalle cualquier hecho macabro de actualidad.

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