GEOGRAFÍA: Envejecimiento en España

El envejecimiento de España lo podemos explicar por las siguientes causas: la esperanza de vida ha aumentado considerablemente y todavía le queda un margen de aumento en los grupos de edad más envejecidos. La natalidad también ha descendido muchísimo. Ambos rasgos son característicos del régimen demográfico actual (bajas tasas de natalidad y mortalidad).

Las causas que explican este aumento de la esperanza de vida son los cambios de mentalidad y los avances médicos.

En primer lugar, a partir de la transición a la democracia (1975) vemos que se retrasa la edad de matrimonio (incidencia de la crisis de 1975), que se generalizan los anticonceptivos y se aprueba el aborto en supuestos. Además, se incorporó la mujer al mundo laboral y aumentó el coste de los hijos, que ya no tenían valor como mano de obra en la nueva sociedad industrializada y urbana, por lo que se prefirió tener menos hijos y cuidarlos mejor. Todo ello hizo que disminuyera la natalidad. Hubo una pequeña recuperación antes de la crisis de 2008, pero con esta, la natalidad volvió a descender. Por otra parte, esta crisis también afectó a la inmigración, que era población joven con una tendencia más natalista que la española, por tanto al frenarse la inmigración también perdemos joven y la natalidad se ve afectada. Además, hoy en día, aunque nuestro saldo migratorio exterior sea positivo, muchas mujeres se han adaptado a nuestra tendencia natalista, que es muy baja (ni siquiera llegamos al relevo generacional, que es de 2,1 hijos/mujer).

Los avances en medicina han permitido reducir drásticamente la mortalidad infantil, así como la mortalidad por infecciones y enfermedades  que los avances médicos y las medidas de prevención sanitarias (individuales y públicas) han permitido paliar. Hoy en día contamos con agua potable, alcantarillado, servicios de recogida de basuras; así como con la generalización de medicamentos y nacimiento en clínicas. Actualmente las causas de mortalidad son diferentes: enfermedades cardiovasculares, accidentes de tráfico y cáncer; además de enfermedades relacionadas con hábitos nocivos de vida.

El balance de esta situación (el aumento de vida y el descenso de la natalidad)  es el envejecimiento demográfico. Esto tiene las siguientes consecuencias:

En primer lugar, el crecimiento natural futuro será más negativo porque el aumento de esperanza de vida en los grupos de edad más avanzados pospone las muertes y las acumula para el futuro, causando el incremento de la tasa de mortalidad.

Por otra parte, podría cambiar el sistema de pensiones, dado que estas dependen de las cotizaciones de los trabajadores activos, que conformarán un grupo muy bajo en comparación con el gran número de ancianos.

El envejecimiento supondrá más gasto en estancias hospitalarias y sanidad.

Por último, el envejecimiento aumentará las cargas familiares y la demanda de residencias (que hoy son insuficientes). Hay un riesgo de que sean excluidos por su escasa participación en la vida social.