domingo, 2 de agosto de 2020

EJEMPLO EBAU 2020 GEOGRAFÍA

EJEMPLO EBAU 2020 GEOGRAFÍA

2/ De los tres ríos marcados, dos de ellos son muy caudalosos: el Ebro y el Nalón. El caudal del Ebro se debe principalmente a sus numerosos afluentes de su margen izquierda, que nacen en los Pirineos. El caudal del Nalón se explica por la regularidad y abundancia de las precipitaciones del clima oceánico en el que se ubica. Sin embargo, el Segura, cumple la característica de los ríos de la vertiente mediterránea –excepto el Ebro- de tener un caudal escaso, dada la irregularidad de la distribución de las precipitaciones del clima mediterráneo. Concretamente, el río Segura se halla en una zona árida, con propensas sequías en verano, por eso su caudal es tan escaso y necesita trasvases de otras cuencas hidrográficas excedentarias.

Por otra parte, el río más erosivo, sería el Nalón, ya que es muy corto y salva un gran desnivel desde su nacimiento en la cordillera Cantábrica hasta su desembocadura en el Mar Cantábrico; y cuenta además con un abundante caudal. Sin embargo, la abundante vegetación protege al suelo de la erosión. Esta vegetación no es abundante en el SE, por lo que el suelo no está protegido. Así el río Segura erosiona violentamente las laderas deforestadas, ya que es corto –nace en la cordillera Subbética, próxima al mar-. Por último, el río menos erosivo es el Ebro, ya que es más largo y no salva un gran desnivel desde su nacimiento (cordillera cantábrica) hasta su desembocadura (Mar Mediterráneo); también hay más vegetación en el N porque hay más precipitación. La cubierta vegetal mitiga la fuerza erosiva, protege el suelo.


3/ El factor natural fundamental que explica la diferencia de los caudales de los ríos españoles es el clima, puesto que las precipitaciones (en forma de lluvia o nieve) determinan directamente el caudal y sus variaciones a lo largo del año. Las temperaturas inciden en la mayor o menor evaporación del agua.

Así, en los ríos de la vertiente cantábrica y atlántico-gallega, el clima oceánico provee a los ríos (Miño, Eo, Narcea…) de un caudal abundante; y las temperaturas no son muy altas, por lo que no hay una gran evaporación. Por otro lado, los demás ríos de la vertiente atlántica y mediterránea, sujetos a la precipitación irregular del clima mediterráneo, si tienen un caudal abundante (Duero, Tajo, Guadiana…) es por sus numerosos afluentes. El único río que cumple esta característica de la vertiente mediterránea es el Ebro. El resto, cortos y con pocos afluentes, sufren las consecuencias de la escasez de precipitaciones y largos períodos de estiaje en verano (sobre todo en el SE peninsular, una zona muy árida), como por ejemplo los ríos Turia, Mijares, Segura…

Por otro lado, la acción humana realiza obras, como los embalses, para el suministro eléctrico, el abastecimiento de agua y la regularización del caudal, modificando así los regímenes naturales de los ríos. En la vertiente cantábrica se han construido pantanos destinados a la producción hidroeléctrica. En los ríos de la vertiente mediterránea ha sido necesario construir embalses, sobre todo por la alta demanda de agua para usos agrícolas e industriales.


4/ Los principales riesgos naturales relacionados con los ríos que afectan a España son riesgos climáticos: las inundaciones y las sequías.

Las inundaciones son ocupaciones por el agua de zonas que habitualmente no lo están. Se producen por intensas precipitaciones caídas en poco tiempo o por la rápida fusión de la nieve. Afectan principalmente a los ríos de las vertientes mediterránea y cantábrica, donde se ven potenciadas por la proximidad de las montañas a la costa, que favorece la precipitación orográfica, y por la existencia de cuencas fluviales reducidas y de fuerte pendiente.

Las sequías son déficits pluviométricos temporales y prolongados respecto a las precipitaciones medias de un territorio. En España se deben a la presencia prolongada de anticiclones, sobre todo en las cuencas del S y SE peninsular. Para afrontarlas se han creado el Observatorio Nacional de la Sequía (ONS) y Planes Especiales de Actuación en Situación de Alerta y Eventual Sequía (PES).


5/ El número de viajeros alojados en establecimientos hoteleros ha crecido progresivamente desde 2002 hasta 2018. Encontramos dos pendientes pronunciadas, un periodo en el que el número total de viajeros se mantiene constante y otra etapa de ligero aumento.

La primera etapa 2002-06 es la primera pendiente pronunciada: pasamos de 60 a 80 millones de viajeros establecidos en hoteles aproximadamente. La segunda (2006-10) representa un total de viajeros que se mantiene constante (en torno a 80 millones): la disminución de viajeros españoles se ve compensada con el incremento de los extranjeros. En el periodo 2010-14 el total de viajeros alojados en hoteles sube a causa de los viajeros extranjeros, cuyo aumento supera al descenso que se continúa produciendo en los viajeros españoles. Por último, vemos en el periodo 2014-18 otra gran crecida: pasamos de 80 a 105 millones de viajeros alojados en hoteles. El número de viajeros extranjeros aumente hasta superar a los españoles.


6/ Podemos encontrar desequilibrios en la distribución del turismo en España. En primer lugar, las áreas con más pernoctaciones en hoteles –superan los 10 millones-, las más turísticas, son Madrid, Cataluña –excepto Lleida-, Málaga, Alicante y los archipiélagos. Después encontramos espacios con una densidad turística media-alta: costa mediterránea y suratlántica, Asturias y el O gallego. Las zonas con una densidad turística baja o muy baja son el resto de territorios del N peninsular y del interior, destacando que las provincias que son capitales autonómicas presentan mayor densidad –o igual en el caso de Extremadura- que el resto de las provincias de la comunidad autónoma, como ocurre con Valladolid, Badajoz, Toledo o Zaragoza –equiparada a Huesca-. Destaca Jaén en Andalucía por ser la provincia con menos millones de pernoctaciones.

Las áreas más turísticas obedecen a varios factores: las islas y la costa mediterránea son áreas turísticas de sol y playa. Reciben una importante afluencia turística por sus favorables condiciones climáticas y sus playas. Madrid, capital administrativa y financiera, por otra parte, alberga una importante oferta hotelera, destinada al turismo cultural y de negocios en torno a ferias, exposiciones, congresos…

Hay ciertos tramos del litoral y prelitoral mediterráneo y suratlántico que tienen una densidad media-alta por su incorporación al turismo de sol y playa como resultado de la reestructuración turística.

El litoral gallego y cantábrico ofrece áreas costeras e interiores no masificadas y destacados paisajes.

Por último situamos puntos especialmente turísticos por su patrimonio histórico (Granada, Córdoba, Sevilla, Toledo).


7/ En primer lugar, el turismo crea empleo, en gran parte estacional. En España genera en torno al 12% de la ocupación; muchos servicios no pueden mecanizarse y necesitan mano de obra abundante y poco cualificada.

El turismo proporciona riqueza: aporta un 11% al PIB; y frena en endeudamiento externo. Sin embargo, a veces ocasiona una subida excesiva de los precios que repercute negativamente en la población residente.

Por otra parte, influye en otras actividades económicas. En muchos casos impulsa otras actividades (agricultura, industria, construcción…) o revitaliza otras actividades tradicionales. En otros casos la excesiva especialización en el turismo puede suponer el abandono del resto de actividades o conflictos por recursos naturales como el suelo.

Por último, el turismo mejora la dotación de servicios, equipamientos e infraestructuras, como los transportes. Ha sido determinante en la creación de la autopista del Mediterráneo; ha contribuido a modernizar aeropuertos; ha aumentado la capacidad portuaria para embarcaciones recreativas… No obstante, el turismo masivo puede saturar el uso de servicios e infraestructuras en ciertas épocas; mientras que en otras temporadas están infrautilizadas.


8/ El turismo fomenta el contacto entre diferentes sociedades y culturas. Esto es positivo cuando potencia la visibilidad internacional de España´, el entendimiento político y la modernización social. Es negativo cuando supone la pérdida de costumbres y las señas de identidad propias.

Por otra parte, sus repercusiones medioambientales son las siguientes:

En el litoral estas provienen del fuerte desarrollo turístico en poco tiempo, en un espacio reducido y en un momento en el que apenas había preocupación medioambiental. Las consecuencias fueron la urbanización incontrolada en espacios naturales de gran valor, destrucción de bosques y ecosistemas; contaminación atmosférica, de las aguas y de las playas; exceso de ruido y residuos…

En áreas rurales y de montaña y en cascos antiguos de ciudades históricas las repercusiones son menores. Sin embargo, encontramos efectos negativos como: alteración de paisajes agrarios, deforestación, aumento de la erosión en las zonas de montaña donde se construyen estaciones de esquí, deterioro del patrimonio histórico y cultural…


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